martes, 7 de octubre de 2014


5 de Octubre Día del Camino

El 5 de octubre se designó como Día del Camino, porque en ese día en 1925 se realizó en Buenos Aires el Primer Congreso Panamericano de Carreteras. 
Reflexionar sobre el Día del Camino obliga a detenerse en la serie de graves accidentes que se han producido en los últimos tiempos y cuyas proyecciones embargaron al país con la consecuente repercusión periodística. Frente a una tragedia es muy común exigir mayores controles, cuando la norma debería ser un control permanente. Es indudable que tanto gobiernos como organizaciones de la sociedad civil y la comunidad en general tienen una real preocupación por lo que nos ocurre diariamente con el tránsito. En algunos aspectos se ha avanzado, pero en otros se ha retrocedido y en el balance final queda el resultado de lo inexplicable. En Entre Ríos ocurre un gran festival de superposiciones institucionales a nivel municipal, que tornan aún más caótico e injusto al mismo tránsito. Un ejemplo de ello es que los municipios todavía no se han puesto de acuerdo ni figura en su agenda como algo importante unificar criterios para otorgar el carnet de conducir. Así, una persona inhabilitada en Gualeguaychú, perfectamente puede ir a Concepción del Uruguay o cualquier otro municipio y obtener en cuestión de horas el carnet que lo habilita a conducir un vehículo. Otro caso: para sacar el carnet de conducir para un camión en la ciudad se requiere tener 21 años de edad, pero en otros municipios se lo otorgan con apenas 18 años de edad. En materia de controles, siempre se brega para que sean permanentes y enérgicos. Pero la queja constante en el Corredor del Río Uruguay, es que los controles tienen por lo general un fin meramente recaudatorio y eso espanta al turista, especialmente con las fotos multas. La Ley de Tránsito y Seguridad Vial de la provincia fue sancionada en 1996 y casi quince años después es muy poco lo que se ha avanzado. Cuando se piensa en caminos es inevitable reflexionar sobre el tránsito. Por eso no hay mejor esfuerzo que bregar por la educación vial y seguir apelando al respeto a las normas. Por último, la agresividad que se experimenta con el tránsito también debe ser interpretada como un rasgo de la comunidad. Y eso también es muy preocupante.

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