28 de Mayo: Día Mundial de la Nutrición.
La nutrición es la ingesta de
alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena
nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico
regular) es un elemento fundamental de la buena salud.
Una mala nutrición puede reducir la
inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo
físico y mental, y reducir la productividad.
La nutrición en el ser humano debe
ser armónica, suficiente y balanceada. Vivimos influenciados por un medio
ambiente cada día más hostil; expuestos a contaminantes ambientales, estilos de
vida modernos, que no nos permiten alimentamos saludablemente ya que los
alimentos son cada vez menos nutritivos debido a las técnicas de
producción y recolección. Todo esto nos alerta a prestar mayor atención en:
consumir alimentos saludables, ingerir cantidades suficientes para afrontar su
actividad física y mental, alimentarse a horas adecuadas, para preservar su
salud integral.
Pero lo más importante es balancear
los aportes de Macro (Proteínas y Carbohidratos) y Micro nutrientes (Vitaminas
y Minerales), así como el consumo de agua, fundamental para la alimentación, ya
que interviene en casi todos los procesos internos del organismo. Nuestro
cuerpo necesita consumir un promedio de 2 litros diarios, fuera de otros
alimentos. Los mismos que deben de distribuirse en 15 % Proteínas (carnes,
huevos, lácteos, menestras), Grasas 30 % (aceites y mantequilla) y
Carbohidratos 55% (cereales, tubérculos y azúcares).Las vitaminas y minerales
hidrosolubles, los encontraremos en las frutas y verduras y los
liposolubles en las grasas y aceites.
Debemos combinar los consumos de
estos al máximo, para aportar la variedad de nutrientes que nos proveen salud,
ya que si descuidamos el consumo de alguno de ellos nos producirá estragos en
nuestra salud.
Se ha dado un importante paso en la
lucha contra la desnutrición: la Asamblea Mundial de la Salud que finalizó el
sábado en Ginebra ha decidido adoptar un plan de envergadura internacional con
seis objetivos específicos para la nutrición materna e infantil y la
desnutrición aguda, esta última muy poco considerada hasta ahora en las
políticas sanitarias a nivel mundial.
Sin embargo, hoy día solo se
financia el 1% de los 11.800 millones de dólares necesarios para tratarla.
Hay un buen motivo para celebrar
este año el Día Mundial de la Nutrición. La Organización Mundial de la Salud
acaba de establecer una serie de indicadores para seis objetivos generales que
deben alcanzarse para el año 2025 en materia de nutrición:
1. Reducción del 40% global de niños
menores de cinco años con retraso del crecimiento
2. Reducción de un 50% de la anemia
en mujeres en edad reproductiva
3. Reducción del 30% del bajo peso
al nacer
4. No hay un aumento en el sobrepeso
infantil
5. Aumentar las tasas de lactancia
materna exclusiva durante los primeros seis meses hasta al menos el 50%
6. Reducir o mantener las
enfermedades relacionadas con la desnutrición aguda que afectan a la infancia
por debajo del 5%
Acción contra el Hambre insiste en
el deber de los estados de alcanzar este objetivo mediante la aplicación de
este ambicioso plan a nivel nacional, centrándose en medidas que han demostrado
su eficacia en la lucha contra la desnutrición. Asimismo, la organización
recuerda que, además de la reducción de la prevalencia de la desnutrición, los
estados no deben pasar por alto la necesidad de mejorar los sistemas de
atención a los niños ya desnutridos para evitar la muerte de los niños menores
de 5 años afectados.
Igualmente, se hace hincapié en el
papel que desempeñan los donantes en la lucha contra la desnutrición, el de
asistir a los países con menos recursos con nuevos fondos, para alcanzar este
objetivo. Tal y como pone de relieve el informe Aid for Nutrition, es
preocupante la falta de inversión en la lucha directa contra la desnutrición.
El dinero invertido hasta ahora en nutrición, que representa una pequeña parte
de las intervenciones, socava en gran medida la eficacia de la ayuda. “Si los
donantes internacionales se han comprometido a ampliar las intervenciones de
nutrición, deben actuar ahora y proporcionar fondos suficientes para cumplir
con lo que es necesario hacer”, señala Sandra Mutuma, consultora nutricional de
Acción contra el Hambre.
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