lunes, 5 de diciembre de 2011

El Poema del Mío Cid

Autor: Se desconoce el autor. Ramón Menéndez Pidal, que hizo la edición critica del poema, supone que hubo dos autores provenientes de dos poblaciones , entonces, fronterizas: San Esteban de Gormaz y Medinaceli, pues el poema abunda en detalles de estos dos lugares.


Año de creación: 1140

Año de publicación: 1981

Editorial: Ediciones colihue

Síntesis:

  El Poemas del Mío Cid representa el cantar de gesta, siendo este un canto narrativo, noticiero de sucesos guerreros con los que se compromete todo un  pueblo. En el caso de España, el ambiente épico está dado por la persistente lucha de la reconquista del dominio musulmán, emprendida por todo el país durando ocho siglos.
   El personaje del Mío Cid  representa, a través de la historia de un recaudador de impuestos, dos figuras temáticas: una el problema de honor del Cid en el plano político, y la otra, el problema de honor del Cid en el plano doméstico.
    En el reino de Alfonso II, este personaje tenía mucho valor, pues recaudaba las parias que debían pagarle cada año los reyes de los diferentes reinos. Un reino enfrento a otro que le pagaba y era aliado del rey Alfonso, ante esta situación Rui Díaz  decidió darles dura batalla y los venció. El rey de Sevilla, lo premió con muchos regalos por haberlo ayudado. Al regresar, el rey Alfonso lo felicitó y aprobó todo lo que él hacía. Por esto, muchos le cobraron envidia y buscaron hacerle daño acusándolo ante el rey. Este muy irritado les creyó y desterró al Cid. Este no quiso hacer nada, pues no tenía más que nueve días para salir del reino.
   Aquí se inicia el relato del destierro, relatándose una serie de peripecias a través de las cuales el Cid va formando un ejército con todos aquellos que se hacían vasallos de él. Con este ejército, le va ganando tierras a los moros y poco a poco también va ganando el aprecio de todos los pobladores de los distintos reinos y, nuevamente, del rey Alfonso. Con los regalos que le hacen los distintos reyes y las riquezas de los pueblos sometidos, de las cuales se apropió, hicieron que recuperara gran patrimonio.
   Mientras tanto, sus hijas y mujer, habían quedado en San Pedro de Cardeña, al cuidado del Abad don Sancho, quien se comprometió a cuidarlas.
  Tiempo después, ya establecido en valencia, el Cid, manda a buscar a su familia, para que se radiquen ahí con él. Durante este tiempo, él se encargó de enviarle regalos al rey Alfonso, recuperando de cierta manera prestigio ante sus ojos.
  Luego, llego la oportunidad de casar a sus hijas, y esto surge por un pedido que le hacen los Infantes de Carrión al rey, quien trata el tema con el Cid. Este acepta con mucho agrado. Se realiza el casamiento y todos viven en Valencia.
   Al ser, las hijas del Cid, llevadas a Carrión, con la excusa de conocer sus heredades, son maltratadas y abandonadas en el camino por sus maridos en venganza hacia el héroe y considerando que con las riquezas que tenían, eran suficientes para vivir muy bien por el resto de sus vidas.
    Más tarde, le llegan las noticias al Cid de lo sucedido y marcha hacia Carrión. Ahí retan a los Infantes y los vencen. Retornan a Valencia, donde son recibidos por el Cid muy contento. Vengadas sus hijas, doña Elvira y doña Sol, terminaron siendo señoras de Navarra y Aragón.
    Para comprender esta obra, se requiere tener un gran conocimiento de la historia de España y su lucha contra la invasión de los moros. También hay que tener en cuenta que el poema no era para ser leído, era para ser escuchado y que el juglar tenia condiciones histriónicas que hacían llevadero el relato. El juglar pasaba de personaje en personaje sin siquiera nombrarlo, sin anunciar la palabra “dijo”.
   La lectura resulta pesada, pues cada verso tiene una narración como explicación, también la constante vida guerrera, la repetición de batallas, resulta monótono.
    Es una obra, que si bien es culturalmente conocida, será más apreciada por un lector  al que le gusten los relatos antiguos. Para un lector que se inicia, no es fácil comprender el vocabulario y la ubicación histórica. Por tal motivo, no sería recomendable para un grupo de lectores que no cumpla con esas características.
                                                                                                                                  Por Micaela Shanahan

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